Boris Vian, nació en Ville D’Avray, suburbio de París, en el año 1920. En su entorno familiar el arte era una cuestión importante, su madre era una amante de la ópera; su padre hacía de todo, era poeta aficionado, traductor de inglés y alemán, aparte de interesarse por la mecánica y la electrónica. También de su padre (Victor Santamaria) viene su fuerte tendencia anti-militarista y atea.
En su adolescencia comenzó a sufrir problemas de salud: tuvo un ataque de reumatismo cardíaco y luego fiebre tifoidea. Fue un estudiante excepcional, aunque sus intereses más serios en esos momentos giraban en torno al Jazz y las fiestas. Ya a los 20 años participó en una orquesta amateur de Jazz junto a sus hermanos, donde sobre todo interpretaban obras de autores estadounidenses.
Obtuvo el título de ingeniero en 1942, y un año después escribiría sus primeras novelas: Trouble dans les Andains y Vercoquin y el plancton. En esta última se ven reflejadas sus actividades reales, como pueden ser su trabajo en la Asociación Francesa de Normalización y la organización de desmesuradas fiestas –las llamadas surprise-parties–. Fiestas delirantes, alcohol, sexo y crítica a la burocracia, todo mezclado con un estilo personal donde lo absurdo y lo grotesco siempre están presentes.
En los años siguientes repartió su tiempo en diferentes actividades: además de novelas, comenzó a escribir cuentos, algunos publicados en Les Temps Modernes, –invitado por Jean Paul Sartre,- donde también escribió crónicas y criticas de aspectos sociales. En el periódico Combat –dirigido por Albert Camus–, abordó la crítica de jazz. En 1946 publicó dos novelas: La espuma de los días y El otoño en Pekín.
También en 1946 publicó su primera novela con el seudónimo de Vernon Sullivan, supuesto escritor negro estadounidense, y su nombre real figuraba como traductor de la obra. Ésta y las siguientes, dentro del estilo de la novela negra, fueron censuradas por su contenido de violencia y sexo, con su consiguiente aumento en la notoriedad y ventas. Luego de años de juicios contra el supuesto autor y su editor, Vian terminó reconociendo su autoría, mientras tanto habían sido cuatro las novelas publicadas con el seudónimo. La crítica se sintió ofendida por esta impostura, y a partir de ese momento el autor recibió ataques constantes, no sólo contra sus novelas como Sullivan, sino también contra su obra ‘seria’.
Aparte de frecuentar a la intelectualidad existencialista de aquellos tiempos, en Saint-Germain-des-Prés, conoció a los grandes del Jazz como Duke Ellington, Miles Davis y Charlie Parker.
Dejó finalmente su profesión de ingeniero, y paralelamente a sus principales actividades, se dedicó a traducir novelas negras (esta vez de autores reales), y a dar conferencias sobre temas diversos.
En 1950 publica La hierba roja, considerada una de sus obras más autobiográficas.
Luego sobrevinieron varios fracasos literarios, sobre todo con la publicación de El Arrancacorazones, Vian decidió dejar de lado la narrativa y se dedicó a otras artes: compuso una ópera (El caballero de las nieves), y varias canciones, con las cuales llegó a grabar un disco y salir de gira. Una de sus canciones volvió a provocar el rechazo de la crítica y el público, “El desertor”, que incitaba a no cumplir con el servicio militar, en tiempos en que Francia tenía problemas con su ocupación argelina y otras incursiones militares.
En 1955 encara una nueva actividad, Philips le encomienda realizar un catálogo de jazz y tiempo después pasa a ser el director artístico de la compañía. Al año siguiente actúa en varias películas, una de las cuales ganó la palma de oro en el Cannes, pero este año también significó su recaída en los problemas de salud, esta vez con un edema pulmonar, que se volvería a repetir tiempo después.
Su salud se deterioraba cada vez más, lo que implicó que realizara varios retiros para mejorar su condición. A pesar de eso no dejó de escribir canciones y participar en películas.
Boris Vian vendió los derechos de su novela Escupiré sobre vuestras tumbas para una adaptación cinematográfica. Aunque inicialmente estuvo encargado del guión, tras diversas peleas con la productora, el director y el guionista, Vian quedó fuera del proyecto, y tuvo que concurrir de incógnito al preestreno de la película. Tal vez debido a las contrariedades de estos hechos y sumado a su precario estado de salud, ni bien comenzó la proyección de la película, falleció de un fallo cardíaco.
En su adolescencia comenzó a sufrir problemas de salud: tuvo un ataque de reumatismo cardíaco y luego fiebre tifoidea. Fue un estudiante excepcional, aunque sus intereses más serios en esos momentos giraban en torno al Jazz y las fiestas. Ya a los 20 años participó en una orquesta amateur de Jazz junto a sus hermanos, donde sobre todo interpretaban obras de autores estadounidenses.
Obtuvo el título de ingeniero en 1942, y un año después escribiría sus primeras novelas: Trouble dans les Andains y Vercoquin y el plancton. En esta última se ven reflejadas sus actividades reales, como pueden ser su trabajo en la Asociación Francesa de Normalización y la organización de desmesuradas fiestas –las llamadas surprise-parties–. Fiestas delirantes, alcohol, sexo y crítica a la burocracia, todo mezclado con un estilo personal donde lo absurdo y lo grotesco siempre están presentes.
En los años siguientes repartió su tiempo en diferentes actividades: además de novelas, comenzó a escribir cuentos, algunos publicados en Les Temps Modernes, –invitado por Jean Paul Sartre,- donde también escribió crónicas y criticas de aspectos sociales. En el periódico Combat –dirigido por Albert Camus–, abordó la crítica de jazz. En 1946 publicó dos novelas: La espuma de los días y El otoño en Pekín.
También en 1946 publicó su primera novela con el seudónimo de Vernon Sullivan, supuesto escritor negro estadounidense, y su nombre real figuraba como traductor de la obra. Ésta y las siguientes, dentro del estilo de la novela negra, fueron censuradas por su contenido de violencia y sexo, con su consiguiente aumento en la notoriedad y ventas. Luego de años de juicios contra el supuesto autor y su editor, Vian terminó reconociendo su autoría, mientras tanto habían sido cuatro las novelas publicadas con el seudónimo. La crítica se sintió ofendida por esta impostura, y a partir de ese momento el autor recibió ataques constantes, no sólo contra sus novelas como Sullivan, sino también contra su obra ‘seria’.
Aparte de frecuentar a la intelectualidad existencialista de aquellos tiempos, en Saint-Germain-des-Prés, conoció a los grandes del Jazz como Duke Ellington, Miles Davis y Charlie Parker.
Dejó finalmente su profesión de ingeniero, y paralelamente a sus principales actividades, se dedicó a traducir novelas negras (esta vez de autores reales), y a dar conferencias sobre temas diversos.
En 1950 publica La hierba roja, considerada una de sus obras más autobiográficas.
Luego sobrevinieron varios fracasos literarios, sobre todo con la publicación de El Arrancacorazones, Vian decidió dejar de lado la narrativa y se dedicó a otras artes: compuso una ópera (El caballero de las nieves), y varias canciones, con las cuales llegó a grabar un disco y salir de gira. Una de sus canciones volvió a provocar el rechazo de la crítica y el público, “El desertor”, que incitaba a no cumplir con el servicio militar, en tiempos en que Francia tenía problemas con su ocupación argelina y otras incursiones militares.
En 1955 encara una nueva actividad, Philips le encomienda realizar un catálogo de jazz y tiempo después pasa a ser el director artístico de la compañía. Al año siguiente actúa en varias películas, una de las cuales ganó la palma de oro en el Cannes, pero este año también significó su recaída en los problemas de salud, esta vez con un edema pulmonar, que se volvería a repetir tiempo después.
Su salud se deterioraba cada vez más, lo que implicó que realizara varios retiros para mejorar su condición. A pesar de eso no dejó de escribir canciones y participar en películas.
Boris Vian vendió los derechos de su novela Escupiré sobre vuestras tumbas para una adaptación cinematográfica. Aunque inicialmente estuvo encargado del guión, tras diversas peleas con la productora, el director y el guionista, Vian quedó fuera del proyecto, y tuvo que concurrir de incógnito al preestreno de la película. Tal vez debido a las contrariedades de estos hechos y sumado a su precario estado de salud, ni bien comenzó la proyección de la película, falleció de un fallo cardíaco.
Años después de su muerte obtendría el merecido reconocimiento del público y la crítica, y llegó a vender varios miles de ejemplares de sus obras.
Obras
Trouble dans les Andains, 1946
Vercoquin y el pláncton, 1946
La espuma de los días (L'écume des jours), 1946
El otoño en Pekín (L'automne à Pékin), 1947
Las hormigas (Les fourmis), 1949
La hierba roja (L'herbe rouge), 1950
El arrancacorazones (L'arrache-cœur), 1953
El Lobo-Hombre (Le loup-garou), entre 1945 y 1952 (cuentos cortos)
Firmadas como Vernon Sullivan:
Escupiré sobre vuestra tumba (J'irai cracher sur vos tombes), 1946
Todos los muertos tienen la misma piel(Les morts ont tous la même peau), 1947
Que se mueran los feos (Et on tuera tous les affreux), 1948
Con las mujeres no hay manera (Elles se rendent pas compte), 1948
No hay comentarios:
Publicar un comentario