Biografía:
Italo Calvino nació en Santiago de las Vegas cerca de La Habana en Cuba, donde trabajaba su padre Mario, agrónomo, quien dirigía una estación experimental de agronomía. Su madre, Evelina Mameli, oriunda de Cerdeña, se había licenciado en ciencias naturales.
En 1925, sin embargo, volvieron a San Remo donde, dos años después, nació su segundo hijo, Floriano, quien más tarde llegaría a ser un geólogo de fama internacional, además de docente universitario.
En 1925, sin embargo, volvieron a San Remo donde, dos años después, nació su segundo hijo, Floriano, quien más tarde llegaría a ser un geólogo de fama internacional, además de docente universitario.
Durante su infancia, Calvino recibió una educación laica y antifascista.
Sin embargo, al poco tiempo estalla la Segunda Guerra Mundial y Calvino interrumpe sus estudios. En 1943, fue llamado al servicio militar por la República Social Italiana. Calvino desertó y se unió a la Brigadas Partisanas Garibaldi junto con su hermano. Mientras sus padres quedaban como rehenes de los alemanes.
Una vez acabada la guerra, se mudó a Turín, donde colaboró en unos cuantos periódicos, se matriculó en Letras (se graduaría con una tesis sobre Joseph Conrad) y se afilió al Partido Comunista Italiano (PCI). Fue durante este período de su vida que entró en contacto con Cesare Pavese, quien hizo que fuese contratado por la editorial Einaudi, donde ya trabajaba Elio Vittorini.
En 1964 hizo un viaje a Cuba que le permitió visitar la casa donde había vivido con sus padres y realizar diversos encuentros, uno de los cuales fue con Ernesto Che Guevara. El 19 de febrero, en La Habana, se casaba con la argentina Esther Judit Singer, Chichita. Juntos se fueron a vivir a Roma, donde un año después nacerá su hija Giovanna. La atmósfera cultural italiana había cambiado mucho. La neo-vanguardia había consolidado sus posiciones de prestigio y el estructuralismo y la semiología se habían convertido en las ciencias sociales a las que todos se referían. De estos años son Le Cosmicomiche (1955), una recopilación de cuentos aparentemente de ciencia-ficción pero que en realidad se basan en una corriente fantástica y surreal. Y Ti con zero (Tiempo cero) de 1967 que comparte muchas de estas características.
En 1967 se trasladó a París, incrementó su interés por las ciencias naturales y la sociología y entró en contacto con el grupo Oulipo. Il castello dei destini incrociati (1969), La taverna dei destini incrociati (1973), Le città invisibili (1972) y Se una notte d'inverno un viaggiatore (1979), las obras que pertenecen a su llamada época combinatoria, son una muestra de como influyeron en Italo Calvino estos contactos. El método de construcción de estas obras se basa en la utilización de las diferentes combinaciones de un cierto número de elementos (como las figuras del tarot en Il castello...), que dan origen potencialmente a innumerables acontecimientos.
En 1967 se trasladó a París, incrementó su interés por las ciencias naturales y la sociología y entró en contacto con el grupo Oulipo. Il castello dei destini incrociati (1969), La taverna dei destini incrociati (1973), Le città invisibili (1972) y Se una notte d'inverno un viaggiatore (1979), las obras que pertenecen a su llamada época combinatoria, son una muestra de como influyeron en Italo Calvino estos contactos. El método de construcción de estas obras se basa en la utilización de las diferentes combinaciones de un cierto número de elementos (como las figuras del tarot en Il castello...), que dan origen potencialmente a innumerables acontecimientos.
Italo Calvino padeció un ataque de ictus cerebral en 1985, en Castiglione della Pescaia donde pasaba las vacaciones. Estaba trabajando en una serie de conferencias que tenía que impartir en la Universidad Harvard (y que serían publicadas póstumamente con el título de Lezioni americane, o en español Seis propuestas para el próximo milenio). Fue llevado al hospital de Santa Maria della Scala, pero no pudo superar la noche del 18 al 19 de septiembre y murió.
Obras
Cuentos
La gran bonanza (Prima che tu dica `Pronto`, 1991, una treintena de cuentos, apólogos y diálogos) Bajo el sol jaguar (Sotto il sole giaguaro, 1988, póstuma)
Las ciudades invisibles (Le città invisibili, 1972)
Los amores difíciles (Gli amori difficili, 1970)
Irene, la prostituta más grande del mundo (Iren le prosttitute bigger, 1968)
Tiempo cero (Ti' con zero, 1967)
Cosmicómicas (Le Cosmicomiche, 1965)
Marcovaldo (Marcovaldo, ovvero le stagioni in città, 1963)
Racconti (1958, antología)
Cuentos populares italianos (Fiabe italiane, editor, 1956)
Por último, el cuervo (Ultimo viene il corvo, 1949)
Novela
Las ciudades invisibles (Le città invisibili, 1972)
Los amores difíciles (Gli amori difficili, 1970)
Irene, la prostituta más grande del mundo (Iren le prosttitute bigger, 1968)
Tiempo cero (Ti' con zero, 1967)
Cosmicómicas (Le Cosmicomiche, 1965)
Marcovaldo (Marcovaldo, ovvero le stagioni in città, 1963)
Racconti (1958, antología)
Cuentos populares italianos (Fiabe italiane, editor, 1956)
Por último, el cuervo (Ultimo viene il corvo, 1949)
Novela
Palomar (1983)
Si una noche de invierno un viajero (Se una notte d'inverno un viaggiatore, 1979)
El castillo de los destinos cruzados (Il castelo dei destini incrociati, 1969). Completado en 1973 con La taberna de los destinos cruzados (La taverna dei destini incrociati).
La jornada de un interventor electoral (La giornata d'uno scrutatore, 1963)
La nube de smog (La nuvola de smog, 1958)
La especulación inmobiliaria (La speculazione edilizia, 1957)
Trilogía Nuestros antepasados (I nostri antenati, 1960)
El vizconde demediado (I visconte dimezzato, 1952)
El barón rampante (Il barone rampante, 1957) Premio Viareggio
El caballero inexistente (Il cavalieri inesistente, 1959)
Los jóvenes del Po (I giovani del Po, escrito en 1951 y publicado en 1957-1958 en la revista Officina)
El sendero de los nidos de araña (Il sentiero dei nidi di ragno, 1946). Premio Riccione.
Ensayo
Si una noche de invierno un viajero (Se una notte d'inverno un viaggiatore, 1979)
El castillo de los destinos cruzados (Il castelo dei destini incrociati, 1969). Completado en 1973 con La taberna de los destinos cruzados (La taverna dei destini incrociati).
La jornada de un interventor electoral (La giornata d'uno scrutatore, 1963)
La nube de smog (La nuvola de smog, 1958)
La especulación inmobiliaria (La speculazione edilizia, 1957)
Trilogía Nuestros antepasados (I nostri antenati, 1960)
El vizconde demediado (I visconte dimezzato, 1952)
El barón rampante (Il barone rampante, 1957) Premio Viareggio
El caballero inexistente (Il cavalieri inesistente, 1959)
Los jóvenes del Po (I giovani del Po, escrito en 1951 y publicado en 1957-1958 en la revista Officina)
El sendero de los nidos de araña (Il sentiero dei nidi di ragno, 1946). Premio Riccione.
Ensayo
Montezuma y L`huomo di Neanderthal (1974) Diálogos para el programa radiofónico Le interviste impossibili
La vera storia (1982) Ópera en dos actos, en colaboración con Luciano Berio.
Allez-hop (1959) Cuento mímico, con música de Luciano Berio, representado en el Teatro La Fenice de Venecia.
El banco (la panchina, 1956). Con música de Sergio Liberovici, para quien escribió también la letra de cuatro canciones en 1958
La vera storia (1982) Ópera en dos actos, en colaboración con Luciano Berio.
Allez-hop (1959) Cuento mímico, con música de Luciano Berio, representado en el Teatro La Fenice de Venecia.
El banco (la panchina, 1956). Con música de Sergio Liberovici, para quien escribió también la letra de cuatro canciones en 1958
Un franmento de una de sus novela,
"El baron rampante"
Fue el 15 de junio de 1767 cuando Cósimo Piovasco de Rondó, mi hermano, se sentó
por última vez entre nosotros. Lo recuerdo como si fuera hoy. Estábamos en el comedor
de nuestra villa de Ombrosa, las ventanas enmarcaban las espesas ramas de la gran
encina del parque. Era mediodía, y nuestra familia por tradición se sentaba a la mesa a
aquella hora, a pesar de estar ya difundida entre los nobles la moda, procedente de la
poco madrugadora Corte de Francia, de comer a media tarde. Recuerdo que soplaba
viento del mar y las hojas se movían. Cósimo dijo: «¡He dicho que no quiero y no quiero!»,
y rechazó el plato de caracoles. Nunca se había visto una desobediencia tan grave
(...)
por última vez entre nosotros. Lo recuerdo como si fuera hoy. Estábamos en el comedor
de nuestra villa de Ombrosa, las ventanas enmarcaban las espesas ramas de la gran
encina del parque. Era mediodía, y nuestra familia por tradición se sentaba a la mesa a
aquella hora, a pesar de estar ya difundida entre los nobles la moda, procedente de la
poco madrugadora Corte de Francia, de comer a media tarde. Recuerdo que soplaba
viento del mar y las hojas se movían. Cósimo dijo: «¡He dicho que no quiero y no quiero!»,
y rechazó el plato de caracoles. Nunca se había visto una desobediencia tan grave
(...)
Estos platos de Battista eran unas
obras de delicada orfebrería animal o vegetal: coliflores con orejas de liebre puestas sobre
un anillo de pelos de liebre; o una cabeza de cerdo de cuya boca salía, como si sacara la
lengua, una langosta roja, y la langosta entre las pinzas sujetaba la lengua del cerdo
como si se la hubiese arrancado. Luego los caracoles: había conseguido decapitar no sé
cuántos caracoles, y las cabezas, aquellas cabezas de caballitos tan viscosas, las había
clavado, creo que con mondadientes, sobre unas pastas de hojaldre, y parecían, cuando
llegaron a la mesa, una bandada de minúsculos cisnes. Y más aún que la vista de
aquellas chucherías impresionaba pensar en todo el empeño que sin duda Battista había
puesto al prepararlas, imaginar sus manos sutiles mientras desmembraban aquellos
cuerpecitos de animales.
El modo en que los caracoles excitaban la macabra fantasía de nuestra hermana, nos
empujó, a mi hermano y a mí, a una rebelión, que era, al mismo tiempo, de solidaridad
con los pobres animales atormentados, de desagrado por el sabor de los caracoles
cocidos y de exasperación por todos y todo, hasta el punto que no hay que sorprenderse
que a partir de ese momento madurase Cósimo su gesto y todo lo que le siguió(...)
obras de delicada orfebrería animal o vegetal: coliflores con orejas de liebre puestas sobre
un anillo de pelos de liebre; o una cabeza de cerdo de cuya boca salía, como si sacara la
lengua, una langosta roja, y la langosta entre las pinzas sujetaba la lengua del cerdo
como si se la hubiese arrancado. Luego los caracoles: había conseguido decapitar no sé
cuántos caracoles, y las cabezas, aquellas cabezas de caballitos tan viscosas, las había
clavado, creo que con mondadientes, sobre unas pastas de hojaldre, y parecían, cuando
llegaron a la mesa, una bandada de minúsculos cisnes. Y más aún que la vista de
aquellas chucherías impresionaba pensar en todo el empeño que sin duda Battista había
puesto al prepararlas, imaginar sus manos sutiles mientras desmembraban aquellos
cuerpecitos de animales.
El modo en que los caracoles excitaban la macabra fantasía de nuestra hermana, nos
empujó, a mi hermano y a mí, a una rebelión, que era, al mismo tiempo, de solidaridad
con los pobres animales atormentados, de desagrado por el sabor de los caracoles
cocidos y de exasperación por todos y todo, hasta el punto que no hay que sorprenderse
que a partir de ese momento madurase Cósimo su gesto y todo lo que le siguió(...)
Página de interes sobre "El baron rampante".(aquí esta el libro)
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